El investigador Santiago Canals colabora en un informe del Congreso sobre menores y redes sociales

19 de noviembre de 2025

Gran parte de la socialización adolescente ocurre en entornos digitales, donde las redes sociales influyen en cómo los menores se comunican, construyen su identidad y aprenden, pero también plantean riesgos para su salud mental y sus derechos. Para abordar esta realidad, la Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso de los Diputados ha presentado el informe Menores y redes sociales, un documento que cuenta con la colaboración de expertos como Santiago Canals, profesor de investigación en el Instituto de Neurociencias, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche; y Daniel Lloret, profesor de Psicología Social de la UMH.

Foto: Santiago Canals, Daniel Lloret

El informe destaca que la adolescencia es un periodo especialmente vulnerable a los efectos de las redes sociales por los cambios sociales, hormonales, neurocognitivos y emocionales propios de esta etapa. Los adolescentes más jóvenes (10–15 años) presentan mayor vulnerabilidad y los efectos negativos son más frecuentes en chicas, debido en parte a un uso más centrado en la imagen y a distintas formas de violencia digital. También recuerda que las plataformas están diseñadas para generar beneficios económicos, por lo que buscan maximizar la atención y el tiempo de uso. De manera que, desde su diseño, favorecen patrones de “uso problemático” que afectan a entre el 3 % y el 8 % de los menores en España.

Los riesgos digitales se agrupan en contenidos, contactos, conductas y consumo, además de otros transversales que afectan a la salud, la privacidad o la seguridad. El tiempo de uso, especialmente por encima de las dos horas diarias, puede relacionarse con efectos negativos, pero los expertos advierten que para qué se utilizan las redes sociales y en qué contexto son factores determinantes. El informe subraya que las redes sociales también distorsionan el sueño, la autoimagen y la forma en que se desarrolla la identidad social y sexual de los adolescentes.

Al mismo tiempo, la comunidad científica coincide en que las redes también ofrecen oportunidades para el desarrollo social, intelectual y ciudadano. Facilitan la autoexpresión, el aprendizaje, la participación y la exploración de la identidad, aunque pueden simultáneamente satisfacer y frustrar las mismas necesidades como, por ejemplo, reforzar la autonomía y a la vez generar dependencia.

El objetivo de este informe es diseñar las intervenciones públicas en materia de protección de la salud, el bienestar y los derechos de la población más joven desde la evidencia científica. En él, se recogen los datos obtenidos en casi 400 estudios y se ha consultado a 21 personas expertas en la materia.

Además de reunir la evidencia científica más actual, los expertos proponen un conjunto de medidas para reducir los riesgos y maximizar los beneficios del entorno digital. Una de las claves sería legislar un “diseño seguro por defecto”. Es decir, las plataformas deberían garantizar y demostrar de forma transparente que sus productos son seguros y que el acceso a contenidos o servicios dañinos está limitado con sistemas eficaces de verificación de edad.

Al mismo tiempo, recomiendan un enfoque de protección integral de los menores que involucre simultáneamente los ámbitos de salud, educación, familia y bienestar social. Finalmente, consideran que la colaboración internacional y la transparencia de los algoritmos son claves para la supervisión efectiva y la protección de la infancia en entornos digitales globales.

Santiago Canals es profesor de investigación CSIC en el Instituto de Neurociencias (CSIC-UMH), donde dirige el laboratorio Plasticidad de las Redes Neuronales, un grupo dedicado a investigar cómo las conexiones cerebrales se reorganizan en respuesta a experiencias de aprendizaje, a cambios de entorno o a procesos patológicos. Su trayectoria académica combina neurobiología, técnicas de imagen cerebral y el estudio de circuitos neuronales para entender la memoria y la adicción.

Además de su contribución científica al informe del Congreso sobre menores y redes sociales, Canals ha coeditado con Daniel Lloret el libro Juego de apuestas y publicidad. Salud, impacto social y prevención, publicado por el CSIC en su colección Politeya. La obra analiza, desde una perspectiva multidisciplinaria que abarca la neurociencia, la psicología, la salud pública y el derecho, cómo la publicidad del juego de azar influye en la conducta, con especial atención a jóvenes, adolescentes y diferencias de género.

Acceso al informe: https://oficinac.es/es/informes-c/redes-sociales-y-menores

Fuente: Servicio de Comunicación UMH (comunicacion@umh.es) / Instituto de Neurociencias CSIC-UMH (in.comunicacion@umh.es)