Input-dependent segregation of visual and somatosensory circuits in the mouse superior colliculus
“El tacto y la vista están unidos antes de nacer”
18 de agosto de 2022. Un nuevo estudio del laboratorio de la Dra. Guillermina López-Bendito, que publica hoy Science, demuestra en ratones que los circuitos del tacto y de la vista no son independientes en el embrión, sino que están entremezclados. Es al nacer cuando estos circuitos se separan y las respuestas a los estímulos sensoriales pasan a ser independientes.
En un estudio previo, el laboratorio de López-Bendito demostró que los estímulos táctiles activan los circuitos cerebrales destinados a procesar este tipo de información antes del nacimiento. “Pero queríamos determinar si lo hacen de forma independiente o si se produce de forma temporal un solapamiento con otros sentidos. Este nuevo estudio arroja datos fascinantes de cómo los sentidos se segregan en los primeros días de vida” señala Guillermina López-Bendito que ha liderado la investigación.
En este trabajo, cuya primera autora es Teresa Guillamón-Vivancos, han podido comprobar por primera vez in vivo en ratones que, durante el desarrollo embrionario, un estímulo táctil no sólo desencadena la respuesta esperada en la corteza somatosensorial primaria (una de las zonas del cerebro que se ocupa del sentido del tacto) sino que sorprendentemente también da lugar a una respuesta en la corteza visual primaria de ambos hemisferios.
“Esta respuesta multimodal (es decir, que abarca más de un sentido) se observó en embriones de ratón analizados en el último día de gestación, pero desapareció con el nacimiento. A continuación, comprobamos si la desaparición de esta respuesta multimodal podría estar relacionada con la llegada de señales de la retina a la corteza cerebral y otras estructuras del cerebro. Nuestros datos demuestran que los circuitos somatosensoriales y visuales no se segregan por defecto, sino que requieren la llegada de ondas de actividad desde la retina para hacerlo”, explica Teresa Guillamón-Vivancos.
Teresa Guillamón-Vivancos (izquierda) y Guillermina López-Bendito (derecha)