Entrevista al Dr. Santiago Canals

12 de agosto de 2016

Diario EL PAÍS - CIENCIA 12 agosto 2016 SANTIAGO CANALS, NEUROCIENTÍFICO “Ya es posible borrar memorias en animales” El investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante habla sobre los últimos avances en el conocimiento del cerebro y de la memoria Silvio Rodríguez se asombraba hace ya muchos años de recordar hoy mariposas que ayer solo fueron humo. La memoria, como cantaba el músico cubano, se parece poco a un soporte que graba con fidelidad lo que sucede. Esa capacidad tiene mucho de proceso creativo y de selección que nos ayuda a adaptarnos al entorno, en ocasiones a costa de la realidad. Durante muchos años, la psicología que estudiaba nuestra curiosa forma de recordar consideró el cerebro una máquina dentro de una caja opaca. Se preocupaba por los efectos de su funcionamiento y trataba de actuar sobre ellos, pero no se ocupaba de sus engranajes. Desde la neurociencia, se ha trabajado para conocer esos mecanismos y se está avanzando en la integración de esas dos visiones, explicando los procesos fisiológicos detrás de los comportamientos que observamos.


Dr. Santiago Canals

Santiago Canals (Madrid, 1974), investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante (CSIC), es un científico de prestigio internacional en el estudio de la memoria. Los trabajos en su laboratorio están mostrando la forma en que las experiencias reorganizan las redes de neuronas que sustentan las memorias y por el camino están ayudando a entender el funcionamiento de las adicciones que son, en el fondo, un fallo en ese sistema, que crea un recuerdo patológico de una sensación que nos atrapa. De estos temas habló durante su participación la semana pasada en los cursos internacionales CorBi en A Coruña. Pregunta. Hay una visión en la cultura popular sobre el cerebro como una máquina en las que unas capacidades están en un hemisferio y otras en otro, que guarda las memorias en un lugar determinado… ¿La investigación ha refutado esta idea o hay algo de cierto? Respuesta. Hay parte que se mantiene y parte que ha ido evolucionando. Por ejemplo, para el tipo de memoria que estudiamos en el laboratorio, se conoce hace tiempo una estructura cerebral fundamental que se llama hipocampo. Hay un caso famoso en el que a un paciente con epilepsia intratable por fármacos se le practicó una cirugía y le quitaron dos hipocampos bilaterales. Esta persona fue incapaz de almacenar nuevas memorias a partir de ese momento. Solo era capaz de recordar eventos pasados, que habían sucedido varios meses antes de la intervención, nada en ese periodo de dos meses antes y nada a partir de ese momento. Era una persona atrapada en el presente inmediato y el pasado remoto. Nada de lo que le ocurría se guardaba en memoria. -La adicción es una memoria patológica A partir de ahí se supo que el hipocampo era fundamental para codificar la memoria episódica. También era evidente que las memorias de larga duración, ya consolidadas en el sistema, podían recuperarse, recordarse, en ausencia de esta estructura. Hoy en día el conocimiento sobre cuál es la contribución exacta del hipocampo en la memoria todavía es incompleto. No obstante, sabemos que la memoria requiere la participación de numerosas áreas cerebrales, que la interacción y el intercambio de información entre grandes grupos de neuronas es necesario para incorporar nuevas piezas de información a nuestra memoria, y que una vez incorporados, la interacción entre regiones cerebrales vuelve a ser fundamental para determinar la duración de la memoria, o sus connotaciones positivas o negativas. Estas interacciones entre grupos neuronales, que son el objeto principal de nuestra investigación, ocurren entre regiones cerebrales superiores, como la corteza cerebral y el hipocampo, pero también involucran regiones subcorticales evolutivamente más primitivas, como el estriado, el núcleo acumbens o la amígdala. P. ¿Qué hacen en su